REFLEXIONES PARA EL ALMA: DE JOSE LUIS PRIETO
Historias
de vida, pensamientos para enfrentar problemas, fortalecer el alma y
el espíritu, un dulce maná de reflexiones para hacer de la realidad
un sueño.
Un
regalo para Jesús
Desde
la muerte de su padre, la familia de Roberto había luchado por
subsistir. A pesar de los esfuerzos de su mamá, nunca había
suficiente para todos. La pobre mujer trabajaba el turno de la noche
en el hospital, pero lo poco que ganaba no le alcanzaba para mantener
a su familia, aunque lo que no podía darles en lo material, lo
compensaba con amor y ternura.
Se
acercaba el día de Navidad y las tres hermanas de Roberto ya le
habían hecho a su mamá un lindo regalo. Pero él seguía sin tener
el dinero necesario.
No
es justo, pensaba Roberto, que tenía apenas seis años de edad.
Faltan pocas horas para Navidad, y no tengo absolutamente nada que
darle a mamá. Procurando contener las lágrimas, se encaminó hacia
alguna de las tiendas del pueblo. Pasó por una tras otra y contempló
las vidrieras decoradas. En cada una de ellas podía ver regalos que
él jamás podría comprarle a su madre.
Casi
de noche, Roberto decidió volver a su casa, cuando pronto observó
una moneda que brillaba en la acera. ¡Nadie jamás se sintió tan
rico como Roberto al recogerla! Con su nuevo tesoro en la mano, entró
alegre en la primera tienda que vio. Pero su ánimo decayó tan
pronto como el vendedor le explicó que allí no podía comprar nada
con una sola moneda.
Por
lo tanto, entró en la floristería de enfrente y con decisión
mostró la moneda y preguntó si eso le alcanzaba para comprar una
flor para su mamá como regalo de Navidad. El comerciante lo miró
con ternura, se inclinó y le dijo: Espera aquí un momento, que voy
a ir a ver si hay algo que pueda hacer por ti. Ante el asombro de
Roberto, el dueño regresó con una docena de unas preciosas rosas
rojas atadas con un lindo lazo plateado. Ahora sí me puedes dar la
moneda que tienes en la mano jovencito, le dijo el hombre. Sabes,
tenía estas rosas a un precio rebajado ¡Una docena por una sola
moneda! ¡Menos mal que llegaste a tiempo para comprarlas, si no,
nadie hubiera aprovechado esta magnífica oferta!
Roberto
le dio las gracias, pagó y salió de la tienda. El hombre se asomó
para ver cómo el niño se alejaba dando saltos de alegría. Más
tarde, se le acercó su esposa y conmovido le contó:
-Esta
mañana, antes de abrir el local, percibí en mi interior, una voz
que me decía: aparta una docena de tus mejores rosas para un regalo
muy especial. No se por qué, pero lo hice. Pasé todo el día
esperando que ocurriera algo con esas rosas y justo antes de cerrar,
un niño entró con la intención de comprarle a su mamá una flor
con una sola monedita. Recordé que hace muchos años, cuando era
niño, me había pasado algo muy parecido. Yo tampoco tenía dinero
para comprarle un regalo de Navidad a mi madre, pero un desconocido
me vio en la calle y me dio exactamente el dinero que necesitaba.
Cuando vi a ese niño esta noche, supe que la voz que había oído
esta mañana era real, así que fui y le entregué el ramo de rosas.
Pero aún hay más, en mi corazón sentí que aquél regalo, no sólo
lo preparaba para ese niño y su mamá, de alguna manera supe que lo
estaba preparando para Jesús, en el día de su cumpleaños.
Jesús
te dice:
“Lo
que ustedes hicieron para ayudar a uno de mis hermanos más pequeños,
es como si lo hubieran hecho por Mi” Mateo 25:40
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