Todos
los días 25 de cada mes en San Nicolás,
se convocó a un grupo voluntario de Misioneros de diversos lugares del país,
felizmente, por iniciativa de los propios laicos presentes en las reuniones,
fueron grabadas las charlas que se dieron. Hoy contamos con esta catequesis que
nos disponemos a ofrecer aquí a modo de entregas semanales para todos,
peregrinos en general y misioneros en particular.
BIENAVENTURANZAS:
Felices
los que tienen hambre y sed de justicia:
Agraciado es el hambre de justicia y la sed de
vivir en plena gracia que es amor que enardece la conciencia y respuesta al
Señor que nos creara la justicia se nutre en santidad venciendo los escollos de
la estancia donde el hombre habitando su entramado derrumba los obstáculos que
avanzan y creciendo en las luces que alimenta gime el hambre y la sed en su
nostalgia y al comer y beber total primicia persevera buscando lo que sacia supremo
el ideal del pan de vida que nos da el alimento que perdura cual maná de la
tierra sin fronteras en la carne de Dios que nos acuna ese pan y ese vino
consagrados aplacan esa sed en la espesura y colman en el valle de los pobres el
hambre de beber aires de altura en que el rostro del Padre ha de calmar el
deseo infinito en su premura el hambre del Señor nos da el sostén y la sed de
su amor el agua pura en el hambre y la sed de la justicia se resume el andar de
este desierto que pronuncia palabras sin respuesta y permite escuchar humilde
cuenco que es caudal de la gracia que redime y derrama la fuerza en mis anhelos
de encontrarme fundido en ese cuerpo de Jesús el sublime bebedero y en su voz su
palabra y su persona el Señor va apagando mi lamento.
Felices
los limpios de corazón:
Felices los que viven la pureza que libra el
corazón de mezquindades encontrando el tesoro y su secreto en la recta
intención de sus afanes el que busca anidar en el servicio desligando su amor
de vanidades despojado de herrumbre que corroe y abrevando en los puros
manantiales desechando la senda que es inhóspita y buscando el descanso en los
brocales donde el agua de Dios se manifiesta a los ojos que puros lo reclamen la
pureza del hombre se asemeja al mismo creador que en esa estampa ilumina con
ojos de ternura y apacienta en su seno con su braza el hijo que se encuentra
con su Padre necesita escucharlo en su mirada y al crecer la pureza de su vida logra
ver al Señor que lo restaura y extasiado en la fuerza de su dueño va gozando
caudales de esperanza sabiendo que afincado en sus destellos en la eterna
visión no habrá mudanza, felices los que aman la armonía nacida en la pureza de
su hora y pueden entregar a sus hermanos el fruto que se expresa en la
concordia pues el hombre que crece sabiamente construye la hermandad que la
apasiona surgida del mandato del maestro y respuesta que surge en su memoria de
quien lucha blandiendo aquella espada que permite soñar ardiente rosa y nos
llama a ser fuego que en sus brasas enciende con fervor de aquella glosa que
entrelaza con júbilo las manos logrando en la unidad la ansiada joya.
Felices
los pacíficos:
Llamados a vivir la paz del alma son los hijos de
Dios que le obedecen instrumentos que anuncian la belleza al gozar una paz que
no se vende y la ofrece con ansias inefables
quien la eleva en el aire que no muere arriesgando
sus horas en su canto y plasmando su fuerza que detiene iracundos y rudos
enemigos que intentan destruir la luz que emerge el pacífico busca que su
cántaro derrame su licor hasta las heces el hombre que ha crecido en ese
espacio se allega a redimir hondos rencores y busca embellecer esos momentos que
permitan crear las ilusiones del amor fraternal que regocija y sirve a los que
lloran sus temores impregnando en la paz esa vertiente que intenta recrear en
sus mojones la senda de la mística unidad que nace en esa paz que vive el
hombre recibiendo el anuncio de que es hijo del Señor cuya voz cambió su nombre
Dios es paz y pronuncia su misterio y el pacífico busca proclamarlo brindándose
a servir a quien sufriera la violencia en el monte o en el llano derramando su
amor hasta la sangre por beber la conquista que ha logrado al gestar la amistad
reconciliada de quien tuvo rencores con su hermano es el Padre dador de toda
gracia quien suplica a mi puerta con su mano que derrame el regalo de la paz y
reciba el calor del hijo amado.
Felices
cuando sean perseguidos calumniados a causa de mí
Felices cuando el mundo los insulte despreciando
palabras de profeta cuando vean que anuncian la alborada sin temer las intrigas
que se acercan cuando habiten humilde hostal de piedra sin el brillo que lucen
las estrellas felices cuando fueran perseguidos al clamar por el pan de la
pobreza cuando anuncien verdades que conmueven porque nunca perece lo que
enseñan y al postrarse en defensa del doliente arriesgaron la suerte que se
entrega felices cuando sufran la calumnia que es mentira arropada en la malicia
cuando escuchen la danza de la muerte que se ufana en matar la sinfonía y
anunciando palabras inefables los entreguen al fuego que calcina porque yo su
maestro he sido herido por injurias que hundieron sus espinas en el frágil espacio
de mi rostro que encendió el entusiasmo por la vida y murió salpicando aquella
sangre que restaña en los hombres toda herida es la cruz privilegio del amigo que
se arriesga a morir en la estocada por amor al Señor que me ha entregado su
amistad en la cruz aprisionada soy testigo de Cristo que ha sufrido y en audaz
y profética palabra ha buscado salvarme de aquel fuego que es eterno flagelo
que no pasa yo bendigo al Señor y humilde entrego las calumnias prisiones y
mortajas y hoy anuncio las luces que da el Verbo cuando sé que podré beber la
espada.
Felices
los que sean perseguidos por causa de la justicia.
El reino de los cielos ha llegado en las alas del
Verbo y su mensaje provocando la fe de los que escuchan o el rechazo de Cristo en
su cordaje el reino que esparciera su semilla convierte su misterio en un
paisaje donde llegan los hombres que esperaron el frutal que el Mesías en su
tarde entregó en la palabra luminosa sabiendo proclamarla por los aires que
encontrando nostalgias de su escucha descubrieron oídos que se abren pero el
hombre creyente en la palabra inundado de fuego y de entusiasmo comienza a
difundir esa justicia que es el sello de Dios que ha restaurado y al verter las
palabras del maestro comenzó a practicar lo contemplado viviendo la justicia en
su tarea y amparando al obrero ajusticiado y al querer implantar esa defensa y
vivir la justicia que ha soñado comenzó a recibir persecuciones y es el blanco
de espadas y sarcasmos el reino nos exige la violencia de vivir obedientes al
maestro y sólo los violentos lo consiguen cosechando los frutos del esfuerzo como
Cristo implantara su palabra y vivió su martirio en alto fuego asimismo el
discípulo derrama la sangre en las heridas del acero por ser fiel al amigo que
entrañable le promete su sede en aquel reino porque lucha hasta el fin de su
carrera y se inmola en la mesa del cordero.
Comentarios
Publicar un comentario