Todos
los días 25 de cada mes en San Nicolás,
se convocó a un grupo voluntario de Misioneros de diversos lugares del país,
felizmente, por iniciativa de los propios laicos presentes en las reuniones,
fueron grabadas las charlas que se dieron. Hoy contamos con esta catequesis que
nos disponemos a ofrecer aquí a modo de entregas semanales para todos,
peregrinos en general y misioneros en particular.
María,
MADRE DEL SEÑOR DE LA HISTORIA:
a) LA PALABRA DE
DIOS nos dice: “El rey de la gloria es el Señor de los ejércitos. Le fue
dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos,
naciones y lenguas. Su dominio eterno no pasara y su reino no será destruido,
reinara por los siglos, vencerá, porque es Señor de los señores y Rey de los
reyes. Con el triunfaran también los suyos, los que han sido llamados, los
elegidos, los fieles”
b) LA IGLESIA nos
dice: Dios trasciende el mundo y la historia. Su sabiduría rige todo el
orden de la creación y gobierno del mundo. Es Todo poderoso en el cielo y en la
tierra. Nada le es imposible, dispone de su obra según su voluntad. La grandeza
y bondad de Dios da la existencia a sus criaturas y también les da la dignidad
de cooperar y entrar plenamente en el plan divino por sus acciones, oraciones y
sufrimientos. La información del señorío de Jesús sobre el mundo y sobre la
historia, significa reconocer que el hombre no debe someter su libertad
personal a ningún poder terrenal, sino solo a Dios padre y a Jesucristo que
“murió y volvió a la vida, para ser Señor de muertos y vivos”. El esta “por
encima de todo” porque el Padre
“bajo sus pies sometió todas las cosas”.
Cristo es el Señor de la historia. La humanidad, desde sus orígenes, atestigua
desgracias y opresiones nacidas del corazón del hombre a consecuencia de un mal
uso de la libertad. Donde el pecado pervierte el clima social, es preciso
apelar a la conversión de los corazones y a la gracia de Dios. El juicio final,
revelara que la justicia de Dios triunfa de todas las injusticias cometidas por
sus criaturas y que su amor es más fuerte
que la muerte. Creemos que nuestra patria es un Don de Dios confiado a
nuestra libertad, un regalo de amor que debemos cuidar y mejorar. Se nos
presenta el desafío de redescubrir su compromiso con el mundo, su reino y su
llamado a recrear la convivencia social mediante la justicia y la caridad.
Jesús nos regala su presencia en la Eucaristía, escuela amor a Dios y al
prójimo. El encuentro co El robustece la caridad para poder preservar en el
amor a pesar del desgaste del tiempo. Los creyentes encontramos en nuestra fe
un motivo de esperanza en un futuro que nos compromete con la suerte de esta
historia. La oración es uno de los secretos del Reino revelados a los pequeños
y pobres de las bienaventuranzas. Es importante impregnar de oración las
humildes situaciones cotidianas. Todas las formas de oración cristiana pueden
ser cooperación con su providencia y su designio de amor hacia los hombres. ¡No
nos resistamos a cambiar lo que debe ser transformado! Ofrezcamos a Jesús como
instrumentos para construir la nueva civilización de la justicia y el amor.
¡Trabajemos todos a la luz del Señor de la Historia!
c) JESUS nos dice
en San Nicolás: Entrego a los pueblos, el Amor de Mi Madre para que acudan
a ella. Es el auxilio, que sacar a los cristianos de las sombras, para
introducirlos en la Luz. Sea invocado Su Nombre con infinito amor.
d) MARIA DEL
ROSARIO DE SAN NICOLAS nos dice: Es muy grande el Poder de Dios, es grande
su Amor. Es Misericordioso y Justo, es en suma, el Todopoderoso, que se
antepone a todo poder humano. Los pueblos están sufriendo lo más graves
estragos producidos por los mismos hombres. Los soberbios no conocen en
profundidad el amor de Dios. Debe despertar del todo este suelo y el Señor los
mantendrá alejados del enemigo. Aquí… ha sembrado Amor, aquí quiere recoger
amor. Exige una gran sinceridad en vuestras actitudes, debéis ser honestos porque Dios aborrece la mentira.
Que nadie desmaye y la que la fe eche raíces en los corazones. Quiero que…mis
hijos sean humildes, dóciles, generosos. No estéis temerosos. Nada es
irreparable si se piensa en Dios. Son estas, horas en que vuestra oración debe
ser fervorosa. Hay un gran vacío de oración; muchos sois los que habéis dejado
de lado. Vivid en la Esperanza, descansad en el Señor. Solamente donde habita
Dios hay paz.
e) Para que
reflexionemos: María sabe que el origen de los males esta en haberse
olvidado de Dios y vuelve para invalidar el lastimoso olvido. Dios escucha y responde
favorablemente al pueblo piadoso que suplica su auxilio. Oremos por la
Argentina, con insistencia, confianza y serenidad. Que sus dirigentes integren
armoniosamente sus diferencias para que la sangre preciosa de nuestro pueblo,
no se pierda ni malgaste a causa de heridas inútiles. Que su energía revitalice
el cuerpo social de la Nación, inexplicablemente malherido. La oración que
propiciamos afecta un esta do de animo, imprescindible para reconstruir la
convivencia y hacer posible el dialogo y la generosa cooperación. María,
acostumbrada a ocultarse del mundo, esta presente en la comunidad orante de la
Iglesia y saca a la luz a los verdaderos hacedores del bien de todos. La
Oración y sacrificio de algunos, penetra el corazón mismo de la sociedad y preserva
de la muerte. Hoy la Virgen nos brinda la oportunidad de comprometernos a orar
mucho, por todos los hombres. Mientras mas personas se interesen por orar en
comunidad, mejor será el efecto que se produzca. Oremos los unos por los otros,
con fervor, seguros de la presencia de Dios en nuestra historia. En
circunstancias de prueba y de dolor es difícil hablar de esperanza. Pero,
siempre; a pesar de de los fracasos somos seres que esperan. No hay traiciones
ni postergaciones que puedan agotar nuestra búsqueda del ser absolutamente
confiable, que cumpla sus promesas. Dios se revela como Padre fiel, que
responde con amor al hombre que confía en El. La esperanza nos une a Dios. Sin
El no hay garantía de supervivencia. El Espíritu exige corazones dóciles a su
acción, que se preparan en la unidad y en la oración. Es preciso no perder un
instante de nuestra historia y ponernos a construir, desde nuestro lastimado
presente, un futuro mejor. El hombre supera, en la esperanza cristiana, los
sufrimientos mas profundos, alentados por la fe, sigue adelante rumbo hacia su
verdadera perfección que esta en Dios. Sin duda Cristo, es Señor de la Historia
y anima, desde el corazón del pueblo, la fidelidad a Dios. Junto a María,
debemos elevar una suplica. Implorar el auxilio divino para que la
responsabilidad se generalice de tal modo que la corrupción, en cualquiera de
sus formas, sea definitivamente erradicada. La Verdad, como Jesús la presenta,
es la medicina, el elemento purificador que nuestra conciencia colectiva necesita
para recomponer la unidad y la cordialidad maltrechas. Seamos fieles y seremos
verdaderamente libres para la construcción social que deseamos llevar a cabo.
Jesús subordina la edificación del Reino a la conversión de cada uno. ¡Cambiemos
y hagamos penitencia! El Reino de Dios esta aquí y espera nuestra decisión de
entrar en el. No tengamos miedo a Dios que es Padre.
Comentarios
Publicar un comentario