Todos
los días 25 de cada mes en San Nicolás,
se convocó a un grupo voluntario de Misioneros de diversos lugares del país,
felizmente, por iniciativa de los propios laicos presentes en las reuniones,
fueron grabadas las charlas que se dieron. Hoy contamos con esta catequesis que
nos disponemos a ofrecer aquí a modo de entregas semanales para todos,
peregrinos en general y misioneros en particular.
María,
LA ESTRELLA QUE GUIA HACIA EL GRAN JUBILEO:
a) LA PALABRA DE
DIOS nos dice: “… Jesús, movido por el Espíritu Santo, se estremeció de
alegría y dijo: El Espíritu del Señor esta sobre mi. El me ha ungido para traer
la Buena Nueva y proclamar el año de gracia del Señor”
b) LA IGLESIA nos
dice: La plenitud de los tiempos se identifica con el misterio de la
Encarnación del Verbo, incluye la revelación del misterio trinitario y de la
prolongación de la misión del Hijo en la misión del Espíritu Santo. Los dos mil
años del nacimiento de Cristo representan un Jubileo extraordinariamente grande
no solo para los cristianos, sino para toda la humanidad. El 1998, segundo año
de la fase preparatoria, se dedicara de modo particular al Espíritu Santo y su
presencia santificadora de hecho actualiza en la Iglesia de todos los tiempos,
la única Revelación traída por Cristo a los hombres haciéndola viva y eficaz en
el animo de cada uno. Se incluye entre los objetivos de la preparación: el
reconocimiento de la presencia y acción del Espíritu y redescubrir la virtud
teologal de la esperanza. La reflexión de los fieles deberá centrarse sobre el
valor de la unidad dentro de la Iglesia. El gran jubileo, tiene dimensión
cristologica y pneumatologica. En efecto, por obra del Espíritu Santo se
realiza el misterio de la unión de la divinidad con la humanidad es la única
Persona del Verbo Hijo. Cuando María pronuncia su “si”, la auto comunicación de
Dios alcanza su plenitud definitiva en la historia de la creación y de la
salvación. El Espíritu Santo, que cubrió con su sombra el virginal de María,
dando comienzo en ella la maternidad divina, al mismo tiempo hizo que su
corazón fuera perfectamente obediente a aquella auto comunicación de Dios que
superaba todo concepto y toda facultad humana. María entro en la historia de la
salvación del mundo mediante la obediencia de la fe. Y la fe, en su esencia mas
profunda, es la apertura del corazón humano ante el don. Cuando Dios Uno y
trino se abre al hombre por el Espíritu Santo, revela, y a la vez, da a la
creatura- hombre la plenitud de la libertad. Esta plenitud, se ha manifestado
precisamente mediante la fe de María. En la perspectiva del tercer milenio, “
el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús, Ven! oración que conlleva una
dimensión escatológica destinada también a dar pleno significado a la
celebración del gran jubileo.
c) MARIA DEL
ROSARIO nos dice: El Espíritu Santo será en estos días el que os conduzca
por el camino del bien, ha acudido para limpiar con su fuego de Amor, a las
almas que el maligno, tratan de impedir que sean purificadas. Nada evitara que
la Fuerza Omnipotente obre en ellas. Del Espíritu procede todo don; en el
Espíritu, se halla la Paz, y por el Espíritu se llega al Amor. El mundo parece
ya descontrolado. Es este para los hombres, un tiempo de acercamiento, es
verdaderamente, tiempo de ir hacia Dios. El,
convertirá el corazón de quien desee amarlo. El recibirá la entrega de
aquel que quiera ofrecerle todo por amor y nada por egoísmo. Hijos míos:
entregaos sin reservas al Señor, dadle vuestro corazón Sed dóciles…, al Poder
del Espíritu, así como lo fue vuestra Madre. Sufre mi corazón viendo a mis
hijos, lejos de Jesús y de su Cuerpo Místico, que es la Iglesia. Vivid en
continua esperanza en Cristo Resucitado. Mantened viva la fe, por medio de la
oración sin desfallecer jamás para que el Espíritu Santo os haga alcanzar la
Gloria de Dios.
d) Para que
reflexionemos: El Espíritu Santo es el gran protagonista por disposición
del Padre Celestial, en la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de María.
Allí el Espíritu Santo, en el Corazón de María, produce la fe y la respuesta
generosa. Una cosa similar ocurre en Pentecostés. Continuamente la Iglesia vive
este Misterio, para el cual María nos va preparando. Y en momentos muy
difíciles como estos, el Espíritu Santo esta especialmente presente en su Iglesia.
Hace visible su presencia desde el Amor, y desde el Corazón de la Madre, nos
comunica esa misteriosa, eterna e infinita relación de Amor del Padre y del
Hijo que, se siembra en nuestro corazón, para que tanbien en nosotros comience
a producirse un nuevo enlace de amor fraterno. El tema de la Esperanza es
significativo y fundamental, la Virgen quiere que profundicemos mucho en el. En
momentos en que la Iglesia esta agrietada de muchas maneras, atacada, sobre
todo agredida institucionalmente, el Espíritu Santo la esta recreando,
revitalizando ; porque Dios de ninguna manera puede dejarse vencer por las
tinieblas. Su acción comienza, en primer lugar, en nuestro corazón es la medida
que le damos cabida. La acción del Espíritu esta mas allá de las dificultades
coyunturales históricas que tengamos que padecer; esta en lo mas profundo de
nuestro ser, de nuestra vida y de nuestra realidad de Iglesia. Y entonces del
mismo mal y destrucción, saca la vida y la Gracia. La Iglesia es la familia de
Jesús, congregada por María que, desde Ella, en Ella y por Ella es animada en
el Amor por el Espíritu, su Esposo.
De la meditación dada por Pbro. Carlos A. Perez,
Rector del Santuario de María del Rosario de San Nicolas.
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