Ocurre en el Seno de la Iglesia:
El hecho surge, crece, es discernido y encauzado. La Iglesia desde el año 1983
hasta el presente asistió y condujo los acontecimientos. Dios, otorga un Nuevo Tiempo de Gracia: Maria
es enviada por el Señor, como profetiza de un tiempo nuevo, para anunciar la
manifestación gloriosa de Jesús Resucitado y Su Divina Misericordia, el triunfo
sobre Satanás, Príncipe de este mundo, y sobre el Pecado. Revitaliza y renueva
la Alianza de Dios con su Pueblo: Dios Padre busca revitalizar la alianza del
Amor pactada con los hombres en la plenitud de los tiempos. Maria lo
protagoniza como Madre: En su condición de Madre de Dios y Madre de los
hombres, Maria manifiesta toda la riqueza del Don de Su Maternidad. Manifiesta
el Triunfo del Inmaculado Corazón de Maria: El triunfo de su Corazón Inmaculado
anunciado en Fátima, se va haciendo misteriosa y palpable realidad en esta hora.
Dios muestra la realidad de su triunfo y Maria, junto a Jesús y subordinada a
El, es protagonista del mismo, invitando a la “esperanza y a la confianza en
medio de un combate espiritual diario.”Hace memoria y actualiza la Consagración
Bautismal: Maria nos pide que le consagremos nuestra vida, para que nos pueda
hacer vivir plenamente el Don de la Filiación Divina. Impulsa la Santidad: El Consagrado a Maria se
consagra para que el Señor, a través de la Santísima Virgen lo lleve a la
Santidad. Se entrega para hacer en su vida la voluntad de Dios, que consiste en
la propia identificación con Cristo. Promueve el compromiso misionero y
evangelizador: Maria “Estrella de la Evangelización, desde San Nicolás, convoca
al Mundo y da origen a un nuevo clamor misionero, que responde a las exigencias
de la nueva Evangelización. Maria nos impulsa a encarnar en nuestra vida, como
lo hizo Ella, la Palabra de Dios: vivirla y luego darla a conocer, con las
expresiones de la Misericordia con que Jesús anuncio un tiempo definitivo de
salvación y gracia. Desde un Santuario y sacramentos propios: Maria elige un
país, una ciudad y un Santuario. Como en todo Santuario, “crea un clima de
esperanza” y a través de su acción maternal, produce el encuentro de sus hijos
dispersos con su Hijo Jesús.
UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN PARA
UN TIEMPO NUEVO:
Originalidad en relación con
los demás carismas:
UN TIEMPO NUEVO: Estamos en un
tiempo de revitalización de la Alianza pactada definitivamente por Dios en
Jesucristo, para salvación de su Pueblo. En este tiempo, María ejerce - como
Arca de Alianza - un especial protagonismo, ofreciéndonos a su Hijo y
entregándonos su Corazón como Arca salvadora. Ella es la Mujer vestida de sol,
que nos promete una segura victoria contra el Adversario, al que Jesús venció
definitivamente en la Cruz. Días
gloriosos esperan a los hijos de Dios, luego del actual combate. Estamos en el “tiempo
de María”, en la “tierra de la nueva Visitación”, llamados a concretar “la
civilización del amor”.
NOS TOCA VIVIR UN HECHO
PROVIDENCIAL: Dios, a través de María, irrumpe portentosamente en la historia
de su Pueblo, elige la Ciudad de San Nicolás, donde se erige un Santuario, y en
coincidencia con los 500 años de la primera evangelización nuevamente aparece
María como la Estrella de la Nueva Evangelización y el lugar del encuentro de
los hijos con el Hijo. Ella, como singular Profetisa, nos hace tomar conciencia
de nuestra pertenencia al Nuevo Pueblo de Dios y de la exigencia de fidelidad a
la Alianza.
ESTE HECHO ES UN RESPUESTA A LOS
DESAFIOS DE ESTE TIEMPO: El
acontecimiento mariano es ofrecido a los hombres de nuestro tiempo, como
respuesta a desafíos muy actuales: el
ateísmo práctico, el materialismo, el hedonismo, la violencia, la drogadicción,
la brecha cada vez más grande entre ricos y pobres, la división por la guerra y
la discordias, el peligro de una conflagración universal con resultados
devastadores, el culto a los ídolos modernos:
placer, tener (consumismo) y poder, etc.
MARÍA NOS OFRECE UN OBJETIVO MISIONERO:
Anunciar la Palabra de Dios, llamando a la fe y a la conversión (elemento
auxiliar: los mensajes). Crear
comunidades de oración y vida sacramental, de experiencia fraterna y misionera.
Invitar a la santidad, a través del camino de la Consagración.
SE NOS OFRECE UN ESQUEMA
MISIONERO PROPIO: Unido a los tradicionales elementos de evangelización. Esquema
de Acción Misionera desde el acontecimiento mariano de San Nicolás.
María congrega: Desde su
Santuario. Desde su Imagen. Desde los Mensajes.
Produce un llamado a la fe: Invita
a redescubrir la Palabra de Dios (citas bíblicas de los Mensajes). Nos enseña a
hacer “todo lo que Él nos diga”. Los signos acompañan a la Palabra: Conversiones,
gracias especiales y de toda índole, importantes curaciones. Somos invitados a
acompañar la Evangelización. Se nos invita a descubrir el hábito de la oración:
Litúrgica y privada, personal y comunitaria. De la adoración Eucarística. Del
Rosario, síntesis de los Misterios de nuestra fe. Y a toda otra forma de
encuentro con Dios.
Existe una profunda exigencia de
conversión: El acercamiento a Dios y la revitalización de la Alianza, será el
fruto de la conversión del corazón. María nos invita a recibir con frecuencia
el sacramento de la Reconciliación, a ejercitarnos en las virtudes cristianas y
a aspirar a la santidad por el camino de la Consagración, que va enseñando. Nos
inserta en la vida de la Iglesia: Ella es Madre de la Iglesia, y nosotros, por
el Bautismo, somos Iglesia, llamados a vivir un misterio de comunión, frente a
la actual dispersión. Somos conducidos a la Eucaristía, que da origen a la
comunión fraterna; surge la importancia
de los grupos de oración y de cultivar los lazos de la fraternidad en las más
diversas experiencias humanas que debamos vivir (Parroquia, Colegio, Familia,
etc.).
María crea en nosotros, un
espíritu solidario: Como Madre, nos hace responsables, de los hermanos más
débiles y sufrientes. Sus réplicas
suelen entronizarse en lugares especialmente necesitados.
María nos hace misioneros: Al
servicio de los peregrinos del Santuario y de los distintos lugares de misión
que aparecen. María nos impulsa a
evangelizar, a proclamar la Palabra del Hijo y a congregar a los hombres en la
unidad de un sólo rebaño.
ELEMENTOS EVANGELIZADORES PROPIOS:
La celebración de la jornada del 25 de cada mes. La novena mensual preparatoria
en muchos hogares. Los grupos de oración y reflexión de la Palabra. Los
cenáculos periódicos y los retiros. Las peregrinaciones. La revalorización del
Santo Rosario. El Santuario. La Imagen de María. El agua bendita. La medalla. El
escapulario. El libro de los Mensajes. Las estampas. Las Imágenes réplica.
SOMOS ILUMINADOS POR LA LUZ DEL
CORAZÓN SAGRADO DE MARÍA: El Espíritu Santo, por mediación de María, sacraliza
a los que viven en su Corazón. Su Corazón es raíz de nuestra espiritualidad
sacerdotal y fuente de nuestra acción apostólica. En efecto: al descubrir las riquezas
del Corazón Maternal de María, encontramos cómo debemos conducirnos con Ella
para vivir nuestra consagración y qué debemos hacer por los demás como sus
hijos sacerdotes, si realmente queremos encarnar en nosotros los rasgos
maternales de su amor misericordioso que reflejan el Amor Paterno de Dios.
SIENDO INSTRUMENTOS DE ALIANZA: El
Corazón de María como Arca de Alianza nos hace instrumentos de Alianza entre
los hombres. Tenemos que ser camino por
donde Dios hace Alianza con sus hijos. El Santuario es el lugar físico, que
significa su presencia de Madre donde hoy somos recibidos, como Jesús en su
seno virginal, y donde prestaremos desde María un servicio sacerdotal, como
hijos sacerdotes, identificados con Cristo Pastor, al servicio del rebaño.
Pbro. CARLOS A. PÉREZ Rector del
Santuario
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