Todos los días 25 de cada mes en San Nicolás, se convoco a un grupo voluntario de
Misioneros de diversos lugares del país, felizmente, por iniciativa de los
propios laicos presentes en las reuniones, fueron grabadas las charlas que se
dieron. Hoy contamos con esta catequesis que nos disponemos a ofrecer aquí a
modo de entregas semanales para todos, peregrinos en general y misioneros en
particular.
JESÚS
EUCARISTÍA
Cristo esta presente entre nosotros, de muchas maneras
y la mas excelente es la
Eucaristía , donde queda para constituirse en el centro de la
vida de la Iglesia
antes de realizar el verdadero sacrificio cruento que es la muerte en la Cruz. Él realiza
sacramentalmente (en la
Santa Cena ) esta entrega de su vida al Padre por nosotros que
somos su Cuerpo. Es un acto sagrado, infinitamente meritorio capaz de infinita
reparación, porque es el Hijo de Dios el que lo hace. En cada Eucaristía la
victima es Cristo que se ofrece al Padre y con Él nos ofrecemos nosotros como victimas que, aceptamos a
vivir, morir y ser sacrificados con Él. Es un verdadero sacrificio donde se
produce la muerte de la victima y donde nosotros con el celebrante estamos
también a ser llamados a ser victima ofrecida con Cristo al Padre por una
redención. Aquí es donde la Misa
adquiere una especial dimensión de participación del Sacrificio de Cristo y por
eso tiene tanto poder. Jesús sigue sufriendo en nosotros; y lo que hizo con el
pan, lo hizo con su vida. Al pan lo partió pero antes partió su vida y la
entregó. Este Sacramento prolonga misteriosamente su misma acción sacrificial
de la Cruz. Cuando
llevamos la Cruz
en serio y la experiencia del dolor es muy fuerte, llega el momento de la
inmolación plena; ya no hay palabras humanas y ninguno aparentemente parece
entendernos. Allí solo Jesús nos entiende porque nos hace participes de su
misterio: la inmolación de su vida al Padre por nosotros. En esos momentos de
soledad nos invita a establecer una profunda comunión de Amor y de Amistad con
Él que, hará especialmente fecunda la entrega de nuestra vida, produciendo
verdaderas gracias de Redención. Esto es una experiencia religiosa intensa, que
muchas veces vivimos sin darnos cuenta y que, Dios permite para purificarnos y
unirnos más plenamente a Él. El dolor, sin una visión de fe es un absurdo
humano, solo tiene sentido desde la Redención y junto con la Oración es una fuente de
gracia extraordinaria. La presencia de Maria es habitual junto a la Cruz de su Hijo y junto a la
nuestra, Ella vivió en primer lugar, en su propia carne la “espada del dolor”
del Hijo y la “corona de espinas” de nuestros pecados. Cuando asumimos una
actitud de oblación y de inmolación lo hacemos también en actitud de
Misericordia como la de Jesús por nuestros pecados. Nuestra comunión con el
Señor en cada Eucaristía produce la comunión fraterna que es esencial si
queremos convencer al mundo de que somos cristianos y tenemos la
responsabilidad de mostrar al Señor porque seremos sus testigos mostrándonos en
unidad. El amor es vivir en permanente estado de comunión y de conversión
personal y no hay autentica reconciliación con Dios sino pasa por la
reconciliación con los demás.
Hoy aparece en San Nicolás como lo hizo tantas veces
en la historia de la Iglesia ,
acompañándonos y llamándonos a descubrir la Fe , la Conversión de la vida para que todos sean uno,
esta Comunión profunda como meta de Jesús y fruto de la Redención ; haciendo que
el Evangelio sea posible de ser vivido y por eso tenemos multitudes
“enracimadas” en torno a Ella, nutriéndose de la Palabra de Dios, de la Oración , de la Eucaristía. “La unidad del Rebaño”, es la meta de la Virgen.
Mensaje 632
“Hijos
míos: Os pido, que vayáis a la
Iglesia y participéis de la Santa Misa , porque en
ella, os alimentareis con el Pan de la
Vida , que es Cristo Jesús. Alimentaos con Él no os llegara ninguna
plaga que venga de afuera, ya que Jesús la destruirá. Id entonces, en busca de la Fortaleza , id que os
espera. Amén, Amén.”
Mensaje 1400
“¡Mi
querida hija, el Santuario, la
Casa de la
Madre para los hijos!. El Santuario, lugar de Culto, donde la Madre habita para las almas
que va a adorar al Hijo; lugar donde la Madre congrega a los hijos para el encuentro con
el Hijo y lugar donde el Hijo se ofrece en la Santa Comunión , por
la Misericordia
del Padre. Jesús Eucaristía; profundísima comunicación entre Dios y el hombre;
poderosísimo amor de Dios hacia el hombre y por el hombre. Es en el Santuario,
donde Maria Madre, Madre de Cristo espera a los hijos heredados desde la Cruz ; es en el Santuario que
Maria obra en las almas, para bien de las almas. Aleluya”
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