Tremendo misterio este que de las oraciones y voluntarios sacrificios de unos pocos, depende la salvación de muchos". (Pio XII) A las almas adoloridas, que cargan pesos insufribles, a quienes sus cruces pareciera aplastar sin remedio, el recuerdo del valor pleno de sentido del dolor otorga al sufrimiento una trascendencia del que están privados los paganos. Recomendamos vivamente su lectura y hacer de su difusión un apostolado. Desde el más profundo sentido de comunión deseo, de todo corazón, que a este tiempo de quejas, llantos y reproches dirigidos al Padre por tantas personas que viven en sus carnes un dolor tan hondo, le sigan algunos momentos de paz y silencio, suficientes como para poder oír las respuestas y consuelos que el Buen Dios susurra a sus hijos que sufren. Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida y dulzura y esperanza nuestra: Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrima...
Cada uno tiene el camino trazado por Él Señor y en ese camino está el contenido que ha puesto el Señor. Estos son los designios de Dios, que nadie puede quebrantar, porque nada puede contra Él. Aquel que huele el perfume de mis rosas, Conmigo camina. Gloria al Señor.