Debemos conocernos mejor
Querido amigo, hay algo muy importante que
hacer en la vida que no siempre se tiene en cuenta. Algo aparentemente
sencillo, pero no tan fácil como parece. Y, sin embargo, es fundamental para
poder vivir según la dignidad y la vocación de cada uno. Se trata de Conocerse
uno a sí mismo. Parece una simpleza, ¿no? Pero no es más complicado de lo que
creemos. Parece que conocemos mucho a los demás, y es porque nos pasamos la
vida observando, curioseando, vigilando la conducta de los otros, y encima se
comentan, y se discuten, y se califican, y se les pone una etiqueta, una marca
casi a fuego, difícil de borrar. Hay personas que están marcadas por la
sociedad para toda la vida. Es como un estigma que sólo saben borrar los que
miran con ojos limpios y misericordiosos. Pero lo normal es que el hombre se
convierta en detective, acusador, juez, y verdugo.
Yo ya dije que el que esté libre de pecado
que tire la primera piedra… y que hay que ver antes la viga que tenemos en
nuestro ojo que la paja en el ojo del hermano…y que no juzguéis y no seréis
juzgados… Y perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos…
Pero cuesta mucho ser comprensivos y
misericordiosos. Y es que no nos conocemos de verdad a nosotros mismos. No te
conoces, y por eso piensas que eres mejor que nadie, y te sientes con el
derecho de señalar con el dedo acusador y tirar la primera piedra.
Te invito a que leas esta historia de un
autor desconocido que viene a ilustrar un poco lo que te estoy diciendo:
Un hombre que tenía un grave problema de
miopía se consideraba un experto en evaluación de arte.
Un día visitó un museo con algunos amigos.
Se le olvidaron los lentes en su casa y no
podía ver los cuadros con claridad, pero eso no lo detuvo de ventilar sus
fuertes opiniones.
Tan pronto entraron a la galería, comenzó a
criticar las diferentes pinturas. Al detenerse ante lo que pensaba era un
retrato de cuerpo entero, empezó a criticarlo. Con aire de superioridad dijo:
"El marco es completamente inadecuado
para el cuadro. El hombre está vestido en una forma muy ordinaria y andrajosa.
En realidad, el artista cometió un error imperdonable al seleccionar un sujeto
tan vulgar y sucio para su retrato.
Es una falta de respeto".
El hombre siguió su parloteo sin parar
hasta que su esposa logró llegar hasta él entre la multitud y lo apartó
discretamente para decirle en voz baja:
"Querido, - estás mirando un
espejo!!!".
Muchas veces nuestras propias faltas, las
cuales tardamos en reconocer y admitir, parecen muy grandes cuando las vemos en
los demás.
Debemos mirarnos en el espejo más a menudo,
observar bien para detectarlas, y tener el valor moral de corregirlas; es más
fácil negarlas que reconocerlas. Por eso es necesario dejar a un lado el
orgullo pues solo con humildad podremos ver nuestros defectos y corregirlos.
“El que encubre sus faltas no prosperará, más
el que las admite y se aparta alcanzará misericordia. Proverbios 28:13”
El hombre de la historia no se conocía, y
al ver su figura estaba criticando al supuesto artista que había hecho mal las
cosas. Tienes que mirarte al espejo de lo que Dios ha pensado para ti. Está
bien claro en Mi Palabra recogida en los Evangelios, y muy claramente explicado
por la doctrina de la Iglesia. El hombre tiene una dignidad que Nosotros le
hemos dado. Tú eres imagen de Dios, y el otro también es imagen de Dios. Pero
las imágenes se deterioran con el tiempo. La de los demás y la tuya. Y lo que
debes hacer al verte a ti mismo, pensar que los demás están hechos del mismo
material, y que también están sometidos a la ley de la debilidad. Todos pueden
estropearse. Yo te diría que todos se deterioran. Y lo que hay que hacer es
convertirnos en “restauradores de imágenes”, y no en iconoclastas y
depredadores de los demás. Lo tengo bastante claro, por eso lo que dije cuando
estaba cosido al madero de la Cruz fue, como ya sabes, suplicar al Padre:
Perdónalos, porque no saben lo que hacen…
Sí, Debes conocerte mejor. y una vez que te
conozcas, te darás cuenta de que los demás no son tan distintos a ti, no son
tan malos. O por lo menos comprenderás que tenéis casi los mismos defectos y
las mismas posibilidades de hacer el mal y de hacer el bien. Te recomiendo que
digas muchas veces esta jaculatoria: Señor, que te conozca a tí,y que me
conozca a mí. Descubrirás un modo nuevo de vivir la vida.
Tu amigo Jesús
Por la trascripción
Juan García Inza
juangainza@hotmail.com
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