Catequesis
Mariana desde San Nicolás: por el Pbro. Carlos A. Pérez
Durante
10 años, todos los días 25 de cada mes en San Nicolás, se convoco
a un grupo voluntario de Misioneros de diversos lugares del país,
felizmente, por iniciativa de los propios laicos presentes en las
reuniones, fueron grabadas las charlas que se dieron. Hoy contamos
con esta catequesis que nos disponemos a ofrecer aquí a modo de
entregas semanales para todos, peregrinos en general y misioneros en
particular.
La
Oración II
REUNION
DEL 25 DE SETIEMBRE DE 1993
Palabra de Dios
Los amalecitas
se dirigieron a Refidim para pelear contra los israelitas.
Entonces Moisés
le dijo a Josué: “Escoge algunos hombres y sal a pelear contra los
amalecitas. Yo estaré mañana en lo alto del monte, con el bastón
de Dios en la mano.” Josué hizo lo que Moisés le ordenó, y salió
a pelear contra los amalecitas. Mientras tanto, Moisés, Aaron y Hur
subieron a lo alto del monte. Cuando Moisés levantaba sus brazos,
los israelitas dominaban en la batalla, pero cuando los bajaba,
dominaban los amalecitas. Pero como a Moisés se le cansaban los
brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo, para que se
sentara en ella. Luego Aaron y Hur le sostuvieron los brazos, uno de
un lado y el otro del otro. De esa manera los brazos de Moisés se
mantuvieron firmes hasta que el sol se puso, y Josué derrotó al
ejército amalecita a filo de espada.
(Éxodo 17,
8-13)
1: Este texto
se refiere de alguna manera a la lucha que nosotros libramos siempre
contra “el enemigo", es decir el demonio. En este pasaje de
la Escritura sucedió una lucha de ejército contra ejército; venció
el pueblo que pudo tener todo el tiempo a un hombre en la cima del
monte, con las manos alzadas, como símbolo de oración, me refiero a
Moisés. Nuestra lucha continua es contra el demonio. Es una lucha
espiritual contra el que ataca desde el exterior, pero que también
está intentando vencer desde adentro, aprovechando las tendencias
negativas que existen en nuestro propio corazón. Y mientras
mantengamos "los brazos en alto", es decir: mientras
oremos, venceremos también en esta batalla. Si no oramos seremos
vencidos. María lo dice: “...la oración es un continuo y
angustioso pedido de la Madre... Y si Ella lo pide es para nuestro
bien y debemos responderle orando incesantemente.
2: Nosotros,
Misioneros de María consagrados a Su Corazón, debemos hacer un
hábito de la oración hasta que llegue a ser un estado permanente
del alma. Estado que podemos comparar al amor humano: cuando amamos a
alguien necesitamos estar con el ser amado. Y si esto no es posible,
buscamos caminos de encuentro; deseamos su bien y procuramos el
diálogo, que significa hablar y saberse escuchado. Es hermoso
dialogar cuando nos sentimos escuchados y amados. Cuando el diálogo
se convierte en monólogo, el amor se va terminando. El monólogo es
egoísta... A veces nuestra oración es un monólogo: es hablar y no
darle tiempo a Dios para que nos hable. La Virgen dice: "Dios
escucha cuando es escuchado…” Juan Pablo II afirmó: "No se
deja de orar por falta de tiempo, sino por falta de amor...”
También dice María: “Para orar sólo basta desear estar con Dios,
y e1 tiempo para orar llega solo…” Aunque a veces el enemigo nos
hace ver que otras cosas son más importantes, aun la misma acción
apostólica.
3: Jesús en e1
Sagrario es una presencia de Amor frecuentemente no correspondida.
Espera en vano a aquel1os que ama y muchas veces lo dejamos
esperando...Un anciano frente a1 Sagrario, ante 1a pregunta que le
hicieron sobre lo qué hacía, respondió: "Nada: yo lo miro, y
El me mira. Es el símbolo de la oración contemplativa. Leemos la
frase de Charles de Foucauld: "¡Que dulzura! Quince horas,
Señor, nada más que para decirte: Señor, te amo..." Pero a
este estado de oración contemplativa se llega pasando por distintas
etapas. Dice la Virgen: "Que permanezcan mis hijos junto al
Señor, que oren al Señor...” Ese permanecer, significa actitud
permanente, orar siempre: en las tareas, en los dolores, en las
alegrías. María nos da algunas cualidades de la oración: continua,
firme, profunda, intensa, fervorosa, reparadora, confiada, devota,
frecuente, con amor, humilde, sencilla, hecha sin apatías...
4: En este
estado permanente de unión con el Señor a que tendemos, debemos
buscar tiempos exclusivos de oración: en el día, en e1 mes, en el
año. Procuremos irnos a un lugar donde no se interrumpa la sintonía
con el Señor por las interferencias del ruido exterior, o de nuestro
propio “ruido” interior. También la Madre lo dice: “La oración
debe ser hecha en un momento dedicado a Dios. Tiempo exclusivo. Se
debe tener presente a Dios durante el día; pero necesitamos un lapso
de tiempo dedicado por completo al Señor..." ¿Para qué?
“...para combatir la pereza espiritual, el desapego a lo
espiritual...."dice María. Debemos orar aun en la aridez, más
aun en la sequedad. G. de Monfort decía que no busquemos los
caramelos y las golosinas para comer el pan de cada día... "A
veces el Señor nos quita el gusto por la oración, y nos sentimos
secos e indiferentes. Pero también dice G. de Monfort que Jesús;"
lleno de angustia, oraba con más insistencia en su agonía…”
5: Jesús se
fue cuarenta días al desierto antes de iniciar su acción
apostólica; a lo mejor nosotros vamos a una misión sin haber rezado
ni media hora… El desierto es el lugar del encuentro con Dios,
donde puede hablarnos. Podremos hacer oración si somos humildes.
Dice María:"Si os volvéis humildes oraréis, si os hacéis
pequeños..." Si tenemos conciencia de nuestra miseria, de
nuestra nada, de que solos no podemos, entonces gritaremos desde el
fondo del corazón a Dios y haremos, oración...Dice la Virgen:"...es
un pedido a todos los pueblos. El real y gran vacío entre el hombre
y Dios solo puede ser llenado por la oración: único campo habitable
para el cristiano, donde se realiza un intercambio propuesto por el
Señor: Amor por Oración…”
CAMINOS
DE ORACIÓN
6: ¿Qué tipos
de oración podemos hacer? María del Rosario nos habla de la oración
de alabanza: "Alabad el nombre de Dios... por sus beneficios,
cada mañana por ver el día...” de petición: "Nosotros
hacemos un pedido. Dios sabe que tenemos urgencia de respuesta…Está
en la sabiduría de Dios concedernos las gracias. A veces nos dirá
lo de San Pablo: "Te basta mi Gracia”. Tenemos urgencia de
respuestas y Dios contesta siempre. A lo mejor no como lo esperamos;
pero siempre contesta para nuestro bien.
7: La Virgen
también nos dice que la Santa Misa es el centro de nuestra
oración:"...Que nos hagamos un deber comulgar. Jesús nos
espera para alimentarnos con el Pan de Vida...” Nos dice que Ella
es Madre gozosa y dolorosa de la Eucaristía; gozosa porque en el
Sagrario está Dios Padre, está Jesús, está el cielo, los ángeles,
los santos, las peticiones de las almas del purgatorio. Y es Madre
dolorosa porque nosotros sabemos que el Sagrario es el cielo
anticipado; pero a María le duele comprobar la frialdad y la
indiferencia de sus hijos en el tema de la oración...También nos
dice que meditemos la Palabra preguntándonos qué nos dice esa
Palabra hoy, aquí, en nuestra circunstancia, en nuestra situación
familiar o comunitaria...Nos habla del Rosario: dice:“...rezarlo
meditado, sin prisa; que es consuelo, canto de amor al Señor, un
complemento básico para un diálogo con El; arma a la cual teme el
enemigo, refugio y puente para entrar al Corazón de María”. Nos
pide rezarlo continuado en su novena “y abundarán gracias…También
podemos rezar con las noticias en los medios de comunicación,
positivas o negativas. Hacerlas oración para que el Espíritu nos
enseñe a interpretar los signos de los tiempos.
8: ¿Donde
rezar? Siempre y en todo lugar; pero para nosotros, Misioneros de
María, cuando podamos en este Santuario "Lugar privilegiado de
encuentro con Dios y su Madre. En este lugar no debemos dejar de
orar, porque se pide y se ora a la Madre, pero por sobre todo, se ora
y se alaba a Dios". Son consejos de la Madre. Es el lugar
privilegiado para hacer nuestra Consagración... ¿Con quien rezar?
Con el Espíritu Santo, sin el cual no podríamos decirle ni siquiera
"Padre” a Dios. Dice María: "Invocadlo, porque su fuerza
puede más que cualquier fuerza. Ilumina los espíritus. Nos muestra
a Cristo en la Eucaristía"...María que es Sabia con la
Sabiduría de Dios nos va dando pistas. Leyendo sus Mensajes nos
muestra como reflectores para que dejemos de lado otras luces de los
costados del camino que nos distraen y vayamos hacia esos
reflectores. Orar al Padre, impulsados por el Espíritu; orar a
Jesucristo, el Único Mediador; a María, intercesora poderosa ante
el Hijo; a los Ángeles y a los Santos.
9: Los frutos
de la oración que los Mensajes nos comentan son: Estar a salvo de
cualquier tentación; se logra alejar al maligno, se malogra su
accionar. La oración alivia tensiones. Se encuentra alivio y
consuelo. Aclara la mente. Fortalece el espíritu. Abre el corazón.
Limpia, desintoxica y estimula en el amor a Dios. Se salvan las
vidas. Lleva al arrepentimiento. Lleva a la conversión, a la
entrega. Nos saca de la prisa. Apaga la sed. Fortalece. Nos vuelve
humildes. Nos da la auténtica alegría interior y la plena
disponibilidad a Cristo. La oración es el punto de partida de
nuestra acción misionera: rezar, ofrecer lo que tengamos que
padecer, trabajar como cada uno pueda, son los grandes caminos de
nuestra acción misionera...
Hija, quiero de
tus hermanos una especial devoción al rezo del Santo Rosario, quiero
Novenas perpetuas, quiero decir; jamás interrumpidas. Orando se
aleja al maligno, orando se llega a Dios, orando se salvan las almas.
Gloria al Señor. Leed: Tobías C.13, V.6 -7 19-7-86 – Mensaje 923
Gladys, ora por
el ateísmo, para que no se extienda. Ora, por la persecución, que
está sufriendo la Iglesia. Ora, por la flaqueza espiritual de tus
hermanos. La acción misericordiosa del Señor es tan grande, que
llegará, todo consiste en la oración, en la reparación. No cesaré
de pedir a mis hijos: Dejad ya de ofender a Dios. Bendito sea EI.
12-6-87 – Mensaje 1197
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