Ir al contenido principal

Catequesis Mariana desde San Nicolás: por el Pbro. Carlos A. Pérez

Catequesis Mariana desde San Nicolás: por el Pbro. Carlos A. Pérez
Durante 10 años, todos los días 25 de cada mes en San Nicolás, se convoco a un grupo voluntario de Misioneros de diversos lugares del país, felizmente, por iniciativa de los propios laicos presentes en las reuniones, fueron grabadas las charlas que se dieron. Hoy contamos con esta catequesis que nos disponemos a ofrecer aquí a modo de entregas semanales para todos, peregrinos en general y misioneros en particular.

Encarnar la misericordia como hermanos
Hechos 5, 12 -16
Juan, al mostrarnos la maternidad de María, nos enseña el camino hacia su Corazón y el camino de la Consagración, porque Ella es la que nos enseña a orar, a ser hombres de oración, de oración profunda, aun en la aridez, porque la oración no es un dulce que siempre tiene que ser dulce. Es un Hechos 5, 12 -16
Juan, al mostrarnos la maternidad de María, nos enseña el camino hacia su Corazón y el camino de la Consagración, porque Ella es la que nos enseña a orar, a ser hombres de oración, de oración profunda, aun en la aridez, porque la oración no es un dulce que siempre tiene que ser dulce. Es un alimento que puede tener distintos sabores.
La Virgen nos señala el camino de la oración, de la contemplación, para que contemplando Ella y nosotros con Ella, a Cristo en su aspecto más sublime, el de la misericordia del Padre que la ejerce a manos llenas, sepamos encarnar esa misericordia y vivirla como cristianos, como miembros de una misma familia que se propone vivir la Misericordia de Cristo y de María.
Miremos también a María frente a la Palabra: cómo contempla al Señor, cómo recibe cada una de sus palabras, de sus gestos, cómo se siente llamada a encarnarla en su vida, como ocurrió en Nazareth y después a, prolongar en su corazón y en toda su existencia de fe la Palabra que Dios le va comunicando y enseñando.
También nosotros debemos encarnarla porque somos palabra viviente de Dios para los demás. ¿Cómo encarnar de un modo perfecto la Misericordia y la Palabra? Esta es la pregunta esencial en nuestra vida.
La exigencia cristiana es grande, exige tiempo, dedicación, diligencia, buen ánimo, alegría y especialmente reclama un corazón abierto. No interesa si hay ganas o no porque el corazón abierto es más importante que las ganas y eso supone haber adiestrado nuestra voluntad.
Si vivimos esa unión con Dios, si crecemos en esa unión, necesariamente buscaremos un crecimiento en la fraternidad, en la comunión con los hermanos, porque ellos son la prolongación viviente de Jesús. Por lo tanto la vida de oración y de relación fraterna será dominada por la Gracia, pero siempre que dejemos que el Señor pueda actuar sobre nosotros.
Este tema es muy importante especialmente en esta época que vivimos, donde cada uno hace lo que le gusta y la sociedad de consumo también estimula la oportunidad para hacerlo de ese modo. En este momento de relativismo de autoridades, de valores, tenemos que tener muy claro el concepto de autoridad y autodisciplina como expresión de amor al Señor.
El Señor manifestó su amor muriendo por nosotros en la Cruz. Su vida no fue fácil. Caminó por los caminos de su patria, durmiendo donde podía y comiendo lo que le daban, es decir que la misericordia la ejerci6 a costa de su propia comodidad, y de su vida misma en la humillación de la crucifixión. Esta enseñanza debemos guardarla en nuestros corazones y manifestarla en hechos, muriendo nosotros mismos porque amar es vivir para Dios, lo que supone morir a nosotros mismos y sin asustarnos aunque a veces nos cueste dar el paso en ese sentido. No nos asustemos pero sepamos que un buen examen de conciencia nos mueve a actuar de modo distinto o a cubrir lo que hoy dejamos de hacer.
En esta atmósfera de pecado que es individualista en la que hoy vivimos, Jesús creará la Civilización del Amor. Una civilizaci6n que nace en la Misericordia de Dios, aspira a la relación de amor entre los hombres y espera que la capacidad evangelizadora de crear comunidades surja de nuestra capacidad de ser comunidad, familia, cuerpo. Todos un solo rebaño. No son varios pastores con varios rebañitos, sino que es un solo rebaño con un solo pastor.
La garantía de unidad es el don del Espíritu Santo que lo anima y el servicio pastoral que hace visible la acción del Espíritu. Esa llamada tiene distintos momentos: primero encontrarnos juntos con Dios y su Palabra; en ese encuentro, el Señor nos hará uno. Los que rezan unidos permanecen unidos. La reflexión de la Palabra compartida nos va iluminando a todos como Cuerpo: "Padre, que todos sean uno, en esto conocerán que son mis discípulos", "ámense los unos a los otros como Yo los he amado". Este es el signo trinitario que ponemos de manifiesto, en ese amor fraterno. ¿Hasta donde tenemos que amarnos unos a otros? “Hasta dar la vida”, dice Jesús. “Ustedes son mis amigos, ya no los llamo siervos sino amigos”. No sólo somos servidores, sino hermanos y amigos y en cuanto tales somos servidores, libremente ejerciendo ese servicio, especialmente en lo cotidiano, en el diario lavado de los pies.
María congrega a los apóstoles sabiendo lo que Jesús quería. Se encarga de unirlos. A nosotros, María, como expresión de su amor misericordioso, nos va a ir formando cada vez más en nuestra unidad. Es fruto de su amor y de la pureza de su corazón. Otro elemento para esa unidad es el encuentro, la apertura de corazón, la aceptación de cada uno de los hermanos: Dios nos los regala como hermanos y los lazos que nos unen son las raíces de la Fe y de la Gracia, más poderosos que los lazos de la sangre. Pero si bien Dios nos lo regala, de nosotros depende elegirnos como hermanos y querernos como hermanos. Se trata de no tener un corazón roto el uno para el otro. La discordia, la ruptura del corazón es lo que Jesús no quiere porque es el pecado, contra el amor, un corazón dividido en el amor, un corazón que cierra la persiana a su hermano, un corazón que destruye, se escapa del Evangelio. La fraternidad hace vivir a la Trinidad y muestra a nuestras comunidades la alegría de la unidad de los hermanos y por eso es contagiosa al provocar el ingreso de nuevos miembros a la Comunidad. Es la gran opción que concretiza nuestro amor a Dios. Si amamos a Dios a quien no vemos y no amamos al prójimo a quien vemos, estamos mintiendo, nos dice la Palabra.
Una comunidad se expande cuando existe como familia y crece como cuerpo, cuando sirve a la unidad de ese cuerpo. Una comunidad existe cuando todo es común, desde la aceptación de cada particularidad. Nuestra vocación es hacer la unidad entre nosotros y entre todos los hombres, que es la suprema expresión de la Misericordia.
El pecado es vivir fuera de esa misericordia. La unidad no dejará a nadie a un costado, excepto al que se margina solo como Judas; pero la unidad no se cansa de dar oportunidades como hizo Jesús con Judas a quien hasta el último instante llamó amigo. Con una enorme paciencia,"sopórtense mutuamente", dirá el apóstol Pablo. La unidad es interior, nace en el corazón, y se hace visible, es decir es espiritual y corporizada en el cuerpo. Por eso la comunidad animada por el amor de Cristo es esencialmente evangelizadora. Hay una Gracia que la acompaña y hay un estilo de vida que es elocuente y eficaz. Ser fraternos es una exigencia esencial de Jesús, y si el cristiano crece en la fraternidad tendrá una sensibilidad para el dolor ajeno y sentirá a los demás como los más dignos a quienes está llamado a servir. Es un regalo de Jesús a la Iglesia. Un regalo que se alimenta en la Palabra, en la Eucaristía, en el Corazón maternal de María, y se proyecta en la Evangelización. Pero debe ser fortalecido por el diálogo, por la frecuencia de los sacramentos y de la oración, por la capacidad de valorar los bienes y los dones ajenos y la humilde aceptación de nuestros propios límites.

MENSAJE 155
28-5-84
Bienaventurado sea el Señor por su misericordia, al buen hijo lo engrandece y al que ha pecado lo perdona. No os apartéis de su Palabra, esta llena de esperanza. Hijos míos: Pedid al Señor para que su Luz os siga iluminando. Ofreced hoy a Cristo Jesús vuestras oraciones. Rogad al Espíritu Santo, porque su fuerza puede mas que cualquier. Hijos míos, jamás dejéis endurecer vuestro corazón. Caminad seguros; delante de vosotros camina el Señor.

MENSAJE 199
4-7-84
Amar a Dios es entregarse todo por Dios, es darse sin esperar nada a cambio ni recompensa alguna. El Señor, que ve y escucha a sus hijos, llegara a vosotros y os hará dignos de su misericordia . Esto digo a mis hijos para que interroguen y mediten en su propio corazón. Gloria a Dios.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Reflexiones Para el alma de José Luis Prieto

¡¡No te metas en mi vida!! ¡¡NO TE METAS EN MI VIDA!! Hoy que estoy profundizando mis estudios teológicos en la Familia; sus valores, sus principios, sus riquezas, sus conflictos, recordaba una ocasión en que escuché a un joven gritarle a su Padre: ¡¡NO TE METAS EN MI VIDA!! Ésta frase caló hondamente en mí, tanto, que frecuentemente la recuerdo y comento en mis conferencias para padres e hijos. ¿Si en vez de sacerdote, hubiese optado por ser padre de familia, qué le respondería a mi hijo, si él me hiciera esa pregunta? Esta podría ser una respuesta: ¡¡Hijo, un momento, no soy yo el que me meto en tu vida, tu te has metido en la mía!! Hace muchos años, gracias al profundo amor que mamá y yo nos tenemos, Dios permitió que llegaras a nuestras vidas y ocuparas todo nuestro tiempo. Antes de que nacieras, mamá se encontraba mal, no podía comer, y además debía guardar reposo, así que yo, tuve que encargarme de las tareas de la casa, además de mi trabajo. Los últim...

Advocaciones marianas de España:

NUESTRA SEÑORA DEL BUEN CONSEJO: Fiesta: 25 de abril Milagrosamente se trasladó de Albania a Genazzano, Italia como respuesta a las plegarias. Mucho antes de la venida de Cristo, el pequeño pueblo de Genazzano, a treinta millas de Roma, construyó un templo a Venus, la diosa pagana del amor, a la que le tenían particular adhesión. Allí se le ofrecía culto y celebraban grandes fiestas en su honor, especialmente el 25 de abril. Todos los años la gente de Genazzano gozaba de las festividades bailando y cantando. En el siglo IV de nuestra era, cuando el cristianismo había sido públicamente reconocido en el Imperio Romano, el Papa San Marco (336d.C.) mandó construir una iglesia en una colina sobre el pueblo, no muy lejos de las ruinas del antiguo templo pagano. La iglesia, firme y fuerte pero pequeña y sencilla, fue dedicada a Nuestra Señora del Buen Consejo. A sabiendas del amor que la gente de Genazzano le tiene a las fiestas y celebraciones, el Papa declaró el 25 de abril (f...

Primeros mensajes de María del Rosario de San Nicolás - 00 al 09

PRIMEROS MENSAJES: PM 00 AL 09 DESDE EL 25 DE SETIEMBRE AL 12 DE NOVIEMBRE DE 1983 25-9-83 PM 00 Vi a la Virgen por primera vez. 29-9-83 PM 01 Volví a verla. 5-10-83 PM 02 La vi nuevamente. 7-10-83 PM 03 La vi y le pregunté qué quería de mí; se borró su imagen y apareció una Capilla. Comprendí que quería estar entre nosotros. 12-10-83 PM 04 Lo comenté con mi confesor. 13-10-83 (Primer Mensaje) PM 05 Apareció de nuevo y me dijo: "Has cumplido, no tengas miedo, ven a verme, de mi mano caminarás y muchos caminos recorrerás". Me da a leer Ezequiel C. 2, V. 4 al 10. 4 Son hombres obstinados y de corazón endurecido aquellos a los que yo te envío, para que les digas:"Así habla el Señor". 5 Y sea que escuchen o se nieguen a hacerlo - porque son un pueblo rebelde - sabrán que hay un profeta en medio de ellos. 6 En cuanto a ti, hijo de hombre, no les temas ni tengas miedo de lo que digan, porque estás entre cardos y espinas, y sentado sobre escorpiones; no tengas...