REFLEXIONES
PARA EL ALMA
DE JOSÉ
LUIS PRIETO
La
crisis de la humanidad
En
este último tiempo he escuchado hablar tanto de la crisis, que
recurrí al diccionario para ver qué significaba.
Crisis:
«Una crisis es un cambio brusco o una modificación imprevista en el
desarrollo de algún suceso. Dichas alteraciones pueden ser físicas
o simbólicas. Crisis también es una situación complicada o de
escasez»
¿A
qué le llamamos crisis?
Aplicamos
esta palabra a muchas situaciones: cuando algo anda mal en política,
en economía, en la familia, en el matrimonio… También hablamos de
crisis en asuntos relacionados con la enfermedad, ansiedad, etc.
Como
vemos, hay muchos tipos de crisis, pero por nuestra reacción, podría
parecer que la única crisis que existe es cuando nuestro dinero se
ve afectado.
No
hace mucho tiempo, varios países del mundo han sufrido una crisis
económica que no se había experimentado durante varias
generaciones. No obstante, nosotros, en Argentina, convivimos con
ella como si fuera nuestra eterna compañera.
En
el año 2001, el gobierno de turno se quedó con todos los ahorros
que los argentinos tenían en los bancos. La gente salió a la calle
y en pocas horas, el presidente de la nación tuvo que renunciar, fue
tal el impacto de la crisis que muchas personas murieron y otras
incapaces de superar la situación, terminaron suicidándose. Pero si
me permiten, les diré que hoy tenemos crisis mucho más graves que
la económica: crisis de valores, de moral, de ética, de
inseguridad, de pánico.
Cada
día vemos a ladrones que con toda impunidad matan para robar un
celular o unas pocas monedas. Cada año, cientos de policías son
asesinados y todos los días vemos en los periódicos y en la
televisión, hechos delictivos y criminales. Miles de familias están
sufriendo las consecuencias de la inseguridad.
¿Dónde
se origina la crisis?
Nos
han hecho creer que la crisis, está en la economía, en el sistema
bancario, o en los gobiernos.
La
crisis no está en un sector, ni la genera él. La crisis está en el
ser humano, en la sociedad.
Si
no, miremos los grandes sucesos acontecidos en los últimos años:
• El
holocausto nazi. Las bombas atómicas lanzadas sobre Japón.
• Los
46 millones de abortos por año. Es como si en un año
desapareciéramos todos los habitantes de este país y esto según
datos oficiales.
• Países
enteros controlados por el narcotráfico o el terrorismo.
• Más
de la mitad de la población del mundo sobrevive con uno o dos
dólares diarios.
• El
cambio climático, trayendo devastaciones por todo el planeta.
• La
trata de personas, el tráfico de órganos, las violaciones, los
miles de adultos y niños que mueren de hambre, por día.
Hace
poco tiempo se escuchó que una banda en Perú, mataba a las
personas, para sacarles la grasa. Ésta era vendida a importantes
compañías farmacéuticas a razón de 15.000 dólares el kilo.
Hace
pocos días una mujer embarazada fue secuestrada, le practicaron una
cesárea para robarle a su niño.
Si
todo esto no te demuestra que el ser humano está en crisis, ya me
dirás…
Y
estos datos son solamente acontecimientos, sucesos. Esto no es la
crisis en realidad. Esto es tan solo algunas de las consecuencias y
evidencias de que el ser humano vive inmerso en una terrible,
destructiva y progresiva crisis.
¿Qué
podemos hacer entonces?
• Tratar
de cambiar el sistema.¡ Imposible!
• Protestar…
Millones lo han hecho y pocas veces han logrado ser escuchados.
• Muchos
líderes mundiales se reúnen para dar soluciones. Firman tratados de
todo tipo, pero luego no los cumplen y todo sigue igual.
¿Dónde
está la solución?
• Creo
personalmente que la solución está en cada uno de nosotros. No
podemos dar lo que no tenemos.
• No
puedo dar sanidad, si estoy enfermo.
• Si
en mí hay un virus, infectaré todo lo que toque y lo que tengo a mi
alrededor.
• Si
no puedo ver, no puedo ser guía de ciegos.
• Cómo
puedo ser un buen padre y pretender que mi hijo sea una buena
persona, si en mi corazón hay odio, resentimiento, amargura,
egoísmo, codicia y tantas cosas negativas.
Quiero
decirte que la única solución está en dejar que Dios transforme
nuestra vida y como consecuencia cambie nuestra manera de pensar y de
actuar.
Todos
nosotros sufrimos a lo largo de la vida situaciones de todo tipo.
Pequeñas y grandes crisis, que también podríamos interpretar como
pruebas que Dios pone en nuestro camino, para que nos acerquemos a Él
y fortalecer nuestra fe. Por cierto, en chino crisis significa
«Oportunidad»
Si
tienes fe, no deberías preocuparte por las crisis, ya que esta
palabra «no existe» en el vocabulario de la fe. Aunque quizás
suene demasiado sencillo, yo te sugiero que, a partir de ahora,
cambies la palabra CRISIS, por CRISTO. Las dos empiezan igual, pero
te aseguro que el final es muy distinto.
«No
le digas a Dios lo grande que es tu problema, dile a tu problema lo
grande que es Dios»
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